A partir de los 60 años de edad, se experimentan cambios fisiológicos y psicosociales
que pueden alterar el estado nutricional.
En términos generales, en esta etapa de la vida:
- disminuye la actividad física
- disminuyen las calorías que gastamos al día
- puede existir una disminución en la ingesta de alimentos e interacciones entre fármacos y nutrimentos
La nutrición en el adulto mayor es importante para asegurar el envejecimiento exitoso a través de mantener la funcionalidad, mejorar la composición corporal (evitar pérdida de masa muscular), prevención o tratamiento de enfermedades crónicas como diabetes o hipertensión y mejorar la calidad de vida, esto se logra con una alimentación adecuada a las necesidades del adulto mayor.
Los problemas de mal nutrición en ésta etapa son comunes, se puede presentar desnutrición, deficiencia de algunos nutrientes u obesidad junto con sus comorbilidades. Muchos adultos mayores presentan una disminución de la ingesta de alimentos a causa de una dentadura inadecuada, disgeusia (pérdida del sabor), falta de apetito o disfagia, por mencionar algunas.
Así como también puede existir una disminución en el consumo de ciertos nutrientes, mismo que puede provocar:
- anemia (por deficiencia de hierro o ácido fólico)
- deshidratación (desequilibrio de minerales)
- alteraciones en el sistema inmunológico (deficiencia de nutrientes como zinc, omega 3, Vit C o aminoácidos)
- pérdida de masa muscular
- aumento de la fragilidad.
También es frecuente que se presente osteoporosis u osteopenia
lo que incrementa el riesgo de fracturas, en esos casos es importante cuidar un aporte adecuado de proteínas, calcio y Vitamina D para la salud ósea, así como también realizar el ejercicio adecuado.
Para la mayoría de los adultos mayores la actividad física diaria no es suficiente, por lo que se recomiendan:
- ejercicios de flexibilidad
- fuerza
- resistencia
Entre las
actividades recomendadas
están:
- caminar
- trotar
- correr
- nadar
- bailar
- yoga
- gimnasia suave y
- realizar ejercicios de fuerza con pesas pequeñas.
Aunque algunas actividades diarias como ir al supermercado, paseos a paso lento o realizar tareas domésticas también fortalecen las capacidades físicas del adulto mayor y mejoran los problemas de equilibrio, la movilidad y la agilidad física, por mencionar algunos beneficios.