Esta bebida se obtiene de la fermentación alcohólica total o parcial del zumo de uvas maduras, y lo forman de distintos componentes, uno de los principales es el agua, que se encuentra presente entre un 80% y un 90%. El segundo más importante es el alcohol, que surge gracias a la fermentación que ocurre y esto le da cuerpo y aroma al vino. La graduación de alcohol de esta bebida puede variar entre el 7% y el 17%, dependiendo del tipo de vino, recordando siempre que a mayor cantidad de alcohol en este mayor será su cantidad de azúcar. El resto de componentes aparecen en menor cantidad, como azúcares influyentes en el sabor del vino, los taninos, que le dan color y textura; sustancias volátiles, que constituyen parte del aroma; los ácidos, que participan también en el sabor del vino; y algunos otros de menor importancia que posteriormente se obtienen en las fases de conservación y crianza del mismo.
Las bebidas alcohólicas están presentes en las celebraciones o momentos de ocio, pero no todos conocen los valores nutricionales que aporta cada una de ellas al organismo, ni que tienen una diferente capacidad de metabolismo a nivel hepático.
Es considerado un potente
antioxidante, ya que posee varios componentes que tienen como función su capacidad de atrapar radicales libres que son moléculas reactivas capaces de afectar nuestras células, especialmente en las paredes arteriales.
Posee una gran cantidad de minerales, especialmente calcio, magnesio con acciones claras sobre el sistema nervioso, el potasio, con efectos diversos sobre el sistema circulatorio y en concreto en el funcionamiento cardiaco y en sangre, ya que es un importante factor de coagulación, así como el hierro y que está asociado a los taninos, etc.
El vino contiene vitaminas, especialmente del grupo B, en poca proporción pero que podemos señalar como: la vitamina B1 que es un eficiente anti glucógeno y un buen protector gastrointestinal, la vitamina B2, siendo un compuesto protector de las mucosas y la piel, la vitamina B3, que posee efectos buenos contra la depresión, en situaciones de estrés, la vitamina B5 que tiene numerosos efectos ya que es un protector celular y mitigador del deterioro de las células nerviosas, teniendo efectos específicos en los órganos hepáticos y el sistema respiratorio, la vitamina B8, ayuda a la circulación periférica, y la vitamina B12 que es un compuesto anti anémico que favorece la formación de glóbulos rojos.
Teniendo en cuenta que la dosis recomendada de alcohol para las mujeres se sitúa entre los 10-12 gramos diarios, y de 20-23 gramos para los hombres, sabemos lo siguiente:
La calidad nutricional del vino depende del tipo de uva y el lugar de donde provenga. Sin embargo tenemos nutrientes en común:
También el alcohol nos aporta más calorías ya que la graduación alcohólica es lo que distingue varios tipos de vino, por ejemplo:
Hay una serie de características que lo convierten en un gran aliado para la salud del ser humano, es muy importante aplicar el sentido crítico y no dejarnos seducir por los mitos, cabe aclarar que cada personal de salud tiene una diferente visión sobre su consumo y se debe de tomar en cuenta la situación actual del paciente.
Desde propiedades antioxidantes, anticancerígenas, analgésicas, existen algunos resultados positivos para tratar enfermedades cardíacas o cardiovasculares y combatir el colesterol, incluso se ha relacionado su composición con la reducción del estrés, la ansiedad, etc.
Existen infinidad de funciones que añadidos al vino desde tiempos antiguos, y aunque en la actualidad la ciencia ha logrado desmentir algunas de ellas, también confirma una que otra propiedad medicinal del vino tinto y algunas de ellas son las siguientes:
Ya que es una bebida prestigiosa y altamente consumida a nivel mundial, posee ciertos factores en su composición que ocasionan diversos perjuicios y beneficios a la salud.
Si hablamos de los perjuicios a la salud, están el contenido de alcohol y que el dióxido existente en el vino puede generar ataques de asma en personas sensibles. Sin embargo, la mayoría de los vinos poseen cantidades débiles de los niveles peligrosos para una persona normal. El consumo frecuente de vino en dosis elevadas a las recomendaciones individuales, ocasiona también lesiones tisulares principalmente en el sistema nervioso central y el hígado, lo que constituye, como otras bebidas alcohólicas, un factor predisponente para la cirrosis y carcinomas.
Como otras bebidas alcohólicas, si se toma de manera excesiva, nos puede conducir al alcoholismo, que es una adicción grave que enfrenta la sociedad. Aunque se mencionan beneficios cardiovasculares puede conducir a la aparición de estas enfermedades, incluso a la muerte súbita. El beber más de tres copas de vino al día es letal para el cuerpo humano, ya que aumenta los niveles de triglicéridos, y en consecuencia nos puede provocar hipertensión arterial. Por lo tanto, se recomienda mesurar su ingesta diaria.
El vino tiene una amplia gama de polifenoles, y el efecto protector todavía no ha sido asignado a una fracción o compuesto específico ya que estos actúan como potentes antioxidantes, reducen la lipoproteína de baja densidad, modulan las vías de señalización celular, disminuyen la agregación de plaquetas y se muestran como agentes antiinflamatorios e inductores de apoptosis.
El consumo de vino regular y moderado (uno o dos copas al día de 100 ml) se asocia con la disminución de la incidencia de enfermedad cardiovascular, la hipertensión, la diabetes, y algunos tipos de cáncer tales como: el de colon, de mama, de pulmón o de próstata. Las evidencias científicas sobre los efectos protectores del resveratrol son insuficientes, porque el beneficio se percibe con consumos bajos o moderados de vino, mientras que ingestas altas o no ingestas de vino, no producían un efecto protector.
El vino y el café son dos bebidas que, de manera similar al té verde, contienen una amplia variedad de sustancias fitoquímicas que se han asociado a un efecto
protector contra la enfermedad cardíaca.
Aunque se han estudiado intensivamente estos compuestos, en su mayor parte
polifenoles, en las últimas dos décadas los efectos principales del consumo de vino (o de bebidas alcohólicas en general) y café son atribuidos al etanol y la cafeína respectivamente. Las revisiones recientes indican que la cerveza y en especial el vino tinto se asocian a una mayor reducción del riesgo de enfermedades cerebrovasculares debido a su alto contenido de
polifenoles.
A su vez se refiere la existencia de una asociación entre el consumo de alcohol y los riesgos de enfermedades cerebrales, por lo tanto un consumo moderado de alcohol (dos copas de vino al día) causa un aumento significativo de las concentraciones de lipoproteínas de alta densidad y una reducción del riesgo de enfermar, mientras que el riesgo de enfermedad para un consumidor intenso sería el doble de alto.
Hay escasos estudios e investigaciones que permiten ver el conocimiento de las ventajas de beber vino para la salud en general, pero estos coinciden en recomendar su consumo adecuado,
no por encima de tres copas diarias.
Sí, cuando se bebe en las cantidades apropiadas, que según expertos equivale a una copa por día, máximo dos. Tampoco se debe consumir en cualquier momento del día, las investigaciones consideran que el momento apropiado es durante la cena o el almuerzo y esto se concluyó luego de revisar varios estudios que afirman que una copa de vino tinto al día ayuda a prevenir muchas enfermedades cardiovasculares, tanto en los hombres como en las mujeres, gracias a su alto contenido en polifenoles. También sirve para tratar dolencias y trastornos como: la diabetes, demencia u osteoporosis, por su efecto antioxidante.
El consumo de una copa de vino diaria brinda una serie de beneficios que encaminan la vida hacia un destino más saludable y alegre, pero al mismo tiempo, no respetar este consumo puede ser letal para la salud, esto hace que los efectos del vino sea constantemente objeto de estudio.
CONCLUSIONES
El consumo de una copa de vino diaria brinda a los seres humanos una serie de beneficios que encaminan la vida hacia un destino más saludable y alegre, pero al mismo tiempo, no respetar este consumo y hacerlo excesivo puede ser letal para la salud, esto hace que los efectos del vino sean constantemente objeto de estudio, lo que sí se puede decir, es que la ingestión de forma moderada puede ser favorable para nuestra salud en general y hasta ahora gracias a los estudios realizados vemos que existen más beneficios que perjuicios, siempre y cuando sea un consumo controlado no llegando al los excesos.
Nut. Naomi Merino.
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