Es un tipo de hongo microscópico que incluye más de 200 especies que abundan naturalmente en la piel, en la boca, en el intestino y en la vagina.
Tienen un rol importante en la salud intestinal, absorción de nutrientes y en la digestión.
Pero… ¿qué pasa cuando hay un crecimiento excesivo de este hongo? puede provocar una infección, conocida como candidiasis.
Por lo tanto, la candidiasis se refiere al sobrecrecimiento del hongo candida que puede afectar la piel, la boca, el intestino y la vagina.
Los antibióticos son útiles cuando hay que luchar contra bacterias infecciosas. Sin embargo, tienen efectos secundarios sobre nuestro sistema digestivo. No solo mata las bacterias “malas” por decirlo así, también elimina aquellas que son beneficiosas, las cuales juegan un rol importante en el mantenimiento de una adecuada digestión y un sistema inmune saludable. Por lo tanto, al matar tantas bacterias beneficiosas, las colonias de cándida ya no compiten por espacio y los nutrientes en el intestino, provocando que éstas se multipliquen y expandan rápidamente.
El sistema inmune nos protege de infecciones y tiene la capacidad de reconocer las distintas formas de la cándida. Sobre todo de la especie Cándida Albicans. Sin embargo, esta especie tiene la capacidad de desarrollar mecanismos evasivos a las respuestas propias del sistema inmune.
Los niveles altos de azúcar en sangre propios de la condición, alimentan a la cándida. Además, al tener también un sistema inmune debilitado y en conjunto con los altos niveles de azúcar en sangre “ciegan” a los receptores para identificar microorganismos capaces de provocar una infección, permitiendo que la cándida se multiplique y prolifere.
Es decir, azúcares como la glucosa, la fructosa y la sacarosa. Los cuales encontramos en alimentos como el azúcar de mesa, miel y productos ultraprocesados. La cándida usa esta energía para crecer.
Las manifestaciones dependen mucho en dónde se está desarrollando la infección.
Como vemos, la mayoría de las manifestaciones al tener un sobrecrecimiento de cándida son muy generales y cada uno puede confundirse y atribuirse a otras enfermedades.
Se toma en cuenta las manifestaciones anteriores y además se puede llevar a cabo un examen histológico (a través de un microscopio comprender cómo estás las estructuras y características de los tejidos) y cultivos de sitios (a través de muestras de sangre, orina, piel u otro tejido, depende de dónde esté localizada la infección).
Se ha encontrado que hay una gran correlación entre tener un sobrecrecimiento de cándida albicans, el agravamiento de la inflamación sistémica con los parámetros de obesidad y enfermedades metabólicas (peso, IMC, circunferencia de cadera y cintura, relación cintura-cadera y masa grasa).
En un estudio se encontró que las personas con un IMC mayor a 30kg/m2 (obesidad) y el consumo elevado de azúcares simples se correlacionan con mayor cantidad de levaduras y hongos, principalmente del género candida en el tracto gastrointestinal, predominando la especie albicans.
La candida albicans es capaz de metabolizar azúcares simples como glucosa, fructosa y sacarosa. Durante la digestión cierto porcentaje de carbohidratos escapan del intestino delgado y llegan al colon, los cuales podrían ser consumidos por estos microorganismos. Por lo tanto, en dietas altas en carbohidratos simples, habrá más carbohidratos en el colon y, con esto, puede ocurrir el sobrecrecimiento de microorganismos.
En resumen: la candida está de forma natural en nuestro organismo. Sin embargo, si sumamos un conjunto de factores como un peso y grasa elevado y una dieta alta en carbohidratos simples puede provocar un sobrecrecimiento de este hongo, y a su vez, generar mayor inflamación dentro de nuestro organismo, causando que el metabolismo sea aún más lento y por ende sea más complicado bajar de peso.
Así que se preguntarán, “entonces ¿qué necesito comer para combatir la candidiasis?”
2 claves importantes a considerar en esta dieta es que debe ser: baja en azúcar y antiinflamatoria con la finalidad de restaurar la microbiota intestinal.
ALIMENTOS A EVITAR
Además de la alimentación, también se recomienda el uso de probióticos.
CONCLUSIONES
Mantén una dieta y un estilo de vida saludable, pero como nuestra microbiota intestinal forma una parte clave de las defensas de nuestro sistema inmunológico contra este patógeno, también es muy importante mantenerla saludable ya que nuestro entorno intestinal está en constante evolución.
Bibliografía
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